EN EL AIRE HAY SIEMPRE OCULTA
En el aire hay siempre oculta como una hoja en un árbol una mujer. Jaima Sabines |
Querida Irene:
Hace tiempo que tú y yo somos la base de una familia, el tronco, el reposo, el alimento, el resollo ajeno. Y así el siglo inauguró frente a tu tienda otro tiempo y yo contigo, desde que juntas creímos en esa bandera que Donaldo, un amigo de tu infancia nos colocó en las manos y nos unió para siempre. El ahora está muerto, como los muertos de un pintor que lo revive cada día y seguimos juntas. Todo esto nos alejó del sueño familiar, porque el trabajo y los estudios de los hijos no tenían tregua, pero ahora después de estar con ustedes la noche vieja y gracias a la esposa de tu hijo Fernando, tatuaste en mi alma tu familia querida Irene. Alina no solo está en los ojos del Güero sino en los ritos olvidados por el trabajo y el desamor, entonces y solo entonces, entendí que los Angeles si existen y que nosotros estamos abiertas para abrazarlos, que dejamos la dureza del trabajo y el oficio de sobrevivir para entregarnos de nuevo a la familia, una familia diferente a la que inauguramos con el primero amor, y diferente a la que los hijos pequeños nos llenaban con su santa inocencia.
Esta familia, ahora se convoca por amor y apego a los cimientos olvidados, y recuerdo la frase de Platón "Amor es lo que dá paz a los hombres, silencia los mares..." y estoy feliz de haber vivido esa noche con ustedes y la navidad como me la cuentas en "Los guayabos" la ceremonia de una familia que fuera de su Pais , y con todas
las de perder, forman con enorme dignidad de cubanos una familia con aromas de cocinas y recuerdos de abuelos, que nos han invitado a traer a nuestros muertos con los suyos, y que juntos nos sorprendió
el amanecer tierno del 2002 en tu casa querida amiga. A mi regreso planeaba ir a los Tules pero no pude hacerlo, son muchos recuerdos y enormes vacíos ahora, Lety en España, Mario en su proyecto personal y mi Fer en Chapala con su novia que es lo que toca. Los he visto toda esta vacación en el Pueblo, caminando por el malecón y comprando elotes, los ví esperando el turno en el Kristine y los ví en Las palmas observando a las Putas jugando foot ball y ensayando el erotismo que empezaban a sentir frente al mar que adoro, y el sol que nos ha calentado siempre. Así que Irene no pude caminar por Los Tules sintiendo el aroma de humedad que lleg
a de la sierra y nos embarga el alma, no pude escuchar el viento entre las palmeras porque imaginaba a una mujer de 38 añor con sus niños , asombrada porque la foto de familia que soñamos ya no podía revelarse nunca más.
Por eso, Loado sea Alina y su familia, el amor del Güero, tu intensidad de vivir y tu apertura de dama del siglo y sobre todo, la puerta de tu casa que siempre está abierta para mí, Loado sea Irenita, El Güero, Alina y tú.
Leticia Gómez Ibarra, 12 de enero, 2002.
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